En la primera y en la segunda parte del artículo vamos a tratar cuales son los elementos que conforman la rodilla. En la parte III trataremos los mecanismos de lesión más comunes, así como su tratamiento y además os daremos una serie de consejos para prevenirlas y curarlas.
¿Cómo está formada la rodilla?
La rodilla es una de las articulaciones que con más frecuencia se ve comprometida en accidentes de diversa naturaleza y en consecuencia sus lesiones son un muy importante motivo de consulta en la práctica ortopédica. Las lesiones más comunes, aquellas que afectan los ligamentos y meniscos, son susceptibles de tratamiento médico o quirúrgico según su gravedad y su pronóstico luego de una atención oportuna y adecuada, es generalmente bueno.
La rodilla es la estructura anatómica más importante del cuerpo. El movimiento más importante de la rodilla es el de flexo- extensión. La amplitud es de unos 160 º.
Para comenzar con los elementos estructurales de la rodilla empezaremos por:
Aparato capsula-ligamentos:
Es muy rígido y resistente. Se forma por los ligamentos y la capsula articular.Los ligamentos son el tejido conectivo fibroso que une los huesos entre sí y generalmente su función es la de unir estructuras y mantenerlas estables. Las articulaciones que componen la rodilla son tres: articulación femorotibial (entre los cóndilos del fémur y la tibia), articulación femorotuliana (entre la tróclea del fémur y la cara articular de la rótula) y la articulación tibioperonea proximal.
La cápsula articular puede ser dividida en dos partes: la capa fibrosa y la membrana sinovial que produce el líquido sinovial. Este fluido es muy importante en la gran mayoría de lesiones de rodilla pues se multiplica aumentando su cantidad y limitando la movilidad de la rodilla en muchas exploraciones médicas, se hacen extracciones de este fluido para diagnosticar mejor las lesiones e incluso enfermedades de la rodilla.
La capa fibrosa está constituida por una trama de tejido conjuntivo colágeno rígido y tiene, principalmente, una función mecánica. Del lado de la cavidad articular se halla la membrana sinovial, formada por tejido conjuntivo laxo. La cápsula articular es una zona ricamente irrigada e inervada, y diferentes sustancias garantizan, a dicho nivel, la presencia de una película lubricante continua entre las superficies articulares, cubriendo en la articulación normal toda la superficie del cartílago.
Ligamentos laterales (interior y exterior) :
Evitan las angulaciones laterales de la rodilla y tienen puntos de unión con los meniscos. Su lesión es muy frecuente en traumatismos de alta intensidad en los laterales de la rodilla que produzcan angulaciones excesivas.
Los ligamentos laterales de la rodilla están ubicados por dentro y por fuera de la misma impidiendo los movimientos laterales de la articulación. El ligamento lateral interno es el que se lesiona con mayor frecuencia, al realizar un movimiento más o menos violento que desplaza hacia afuera la pierna exigiendo a dicho ligamento.
La intensidad del dolor y de la hinchazón va a depender de la violencia del traumatismo y del tipo de lesión que puede ir de la simple distensión hasta la ruptura.
En los casos leves de distensión del ligamento el tratamiento consiste en la inmovilización del miembro con un yeso, con lo que cicatriza la lesión. En los casos mas graves, con ruptura del ligamento está indicada su reparación quirúrgica por vía artroscópica
Ligamentos cruzados (anterior y posterior):
Se alojan en el interior de la rodilla y evitan los deslizamientos de la rodilla con el fémur. Tanto en el fútbol como en el baloncesto el movimiento que generalmente los lesiona son las pivotaciones extremas con la tibia fija que producen una torsión de la rodilla.
La ruptura de estos ligamentos produce una alteración del movimiento normal y una inestabilidad anteroposterior de la articulación. El fortalecimiento de los músculos cuadriceps contribuye a controlar dicha inestabilidad, pero sólo para la marcha normal no pudiendo realizar deportes violentos o intensos.
Este tipo de lesiones deben ser reparadas con una cirugía lo antes posible, sobre todo si son adolescentes; de no ser así, el cuadro podrá evolucionar hacia una artrosis.
La reparación se realiza mediante un autoinjerto utilizando una porción del tendón del cuadriceps en reemplazo del ligamento lesionado.