En la Parte I hablamos de los diferentes tipos de alergias. En esta Parte II veremos que se pue compatibilizar con el deporte, damos consejos para prevenirlas y os mostramos como tratarlas médicamente.
ALERGIAS Y DEPORTE
El padecimiento de una enfermedad alérgica no debe ser un factor excluyente para la práctica segura del deporte. No en vano, algunos atletas famosos y deportistas de élite sufren enfermedades alérgicas, sin que esto les impida practicar el deporte de alta competición.
La natación por ejemplo, y los deportes acuáticos benefician a estos pacientes, es fundamental la humedad y el ejercicio moderado, en el agua, todos los movimientos se ralentizan y se hacen de manera más suave, luego fatigan menos. El único deporte acuático que no se puede realizar es el buceo con bombona.
Lo fundamental es que la práctica del deporte se haga de forma segura y adaptada a la dolencia. En primer lugar es indispensable un precalentamiento correcto antes del ejercicio, y no padecer ninguna enfermedad que pueda causar una crisis de asma, como infecciones, fiebre…Además debe llevar consigo la medicación necesaria.
El ejercicio intermitente será mejor que el intenso y continuado, ya que este último provoca mayor fatiga y sensación de ahogo. Por ello se recomienda en primer lugar la natación, y después, la gimnasia, el trekking, el golf, el tenis, las artes marciales, la esgrima…
¿Cómo se tratan las Alergias?
Para determinar con precisión que molécula(s) alergénica(s) son reconocidas por el sistema inmune de cada paciente, pueden utilizarse las pruebas cutáneas para alergia ó pruebas de sangre que identifican anticuerpos IgE específicos (RAST).
Una vez identificadas éstas sustancias ó alergenos, el tratamiento óptimo incluye minimizar la exposición a ellos hasta donde sea posible, combinando con medicamentos para reducir los síntomas alérgicos y la inflamación de los tejidos involucrados. Además de eso, para casos seleccionados, se pueden usar las vacunas para la alergia (inmunoterapia) para modificar ó suprimir la respuesta inmuno-alérgica y así suprimir ó disminuir la intensidad de las reacciones alérgicas que ocurren como resultado de una exposicición natural a alergenos específicos.
Las alergias no tienen una curación definitiva, pero mediante la medicación se puede mejorar la calidad de vida de las personas que las sufren.
Antihistamínicos: alivia síntomas típicos de la alergia, como los estornudos, el picor y el goteo nasal. Actúa bloqueando las histaminas, sustancias químicas que el organismo genera en respuesta a un alergeno y que provocan la inflamación del aparato respiratorio.
Entre sus efectos adversos se encuentran la sequedad de nariz, boca y garganta, y pueden tener efectos sedantes, por lo que no se debe conducir o manejar maquinaria peligrosa mientras se toman estos fármacos. El alcohol incrementa el efecto de sedación.
Descongestionantes: mejoran los síntomas de congestión nasal y se administran en forma de pastillas, jarabes o spray. En ocasiones suelen combinarse con un antihistamínico.
Pueden causar nerviosismo, insomnio y, en el caso del spray, irritación nasal. Deben emplearse bajo control médico y durante periodos limitados, ya que con el tiempo puede producirse un efecto rebote y los síntomas reaparecen con más fuerza.
Antiinflamatorios: en algunas crisis alérgicas se puede recurrir a tratamientos que reduzcan la inflamación (corticoides) ya sea en fármacos o en inhaladores aplicados directamente a la boca. Estos productos ensanchan la capacidad respiratoria de los bronquios y son los que emplean los asmáticos.
Inmunoterapia: las vacunas permiten que el organismo vaya creando cierta tolerancia a la sustancia que provoca la alergia, de manera que con el tiempo deja de reaccionar al estímulo alérgico. Suelen ser eficaces en el 85 por ciento de los casos.
Sólo son útiles en ciertos tipos de alergia, como las causadas por picaduras de insectos, ácaros del polvo, pólenes y animales, mientras que no resultan eficaces en las alergias a los alimentos y las sustancias químicas.
Según los expertos, ésta es la que consigue mejores resultados, por la continuidad. Los beneficios de la inmunización se observan desde los primeros meses de tratamiento, pero los mejores resultados se consiguen a partir del primer año.
La aplicación de las vacunas se realiza por vía subcutánea y, más recientemente, se viene administrando oralmente, pero con este sistema todavía no se ha demostrado si la vacuna perdura a largo plazo, como la subcutánea.
Está indicada en casos de alergia moderada y severa con síntomas que perduran a lo largo de todo el año, personas que no responden al tratamiento farmacológico o que son alérgicas a sustancias difíciles de evitar, como los árboles y las mascotas. La inmunoterapia está especialmente indicada en las personas que reaccionan de manera muy grave a las picaduras de insectos.
Preguntas mas frecuentes
¿La alergia la pueden heredar los hijos?
Las personas alérgicas pueden trasmitir a sus descendientes la predisposición a “hacerse alérgico”. Esto, junto a una exposición en el ambiente a los factores que lo pueden a uno hacer alérgico, dará lugar al desarrollo de anticuerpos IgE y, con mucha probabilidad, a la enfermedad alérgica.
Se considera que el riesgo que tiene la población general de hacerse alérgica es de alrededor de un 10-15%. Cuando uno de los padres es alérgicos, la probabilidad de que un hijo también lo sea aumenta hasta el 50%, y hasta el 70% si los dos padres lo padecen.
¿Es frecuente la alergia a alimentos?
En España se calcula que la alergia a alimentos actualmente afecta al 3.5% de la población. La mayoría de los casos se manifiesta como urticaria, hinchazón de la piel, y en menor caso, dermatitis atópica, una afectación alérgica de la piel
¿Qué alimentos producen más alergia?
Varía según la edad: entre los niños los más frecuentes son la leche, los frutos secos y el huevo, en proporciones parecidas, seguido de cerca por las frutas y el pescado.
¿A que edad se pueden hacer las “pruebas de alergia”?
No existe ninguna edad donde no se puedan hacer las pruebas cutáneas, más conocidas como “pruebas de la alergia”. Con la inmadurez de un niño, hasta los 5 años aproximadamente tener unas pruebas negativas no descarta que ese paciente sea alérgico. En cualquier caso, las “pruebas de la alergia” son solo un elemento más de ayuda del Alergólogo: lo realmente importante es la entrevista con el médico, que el paciente cuente sus síntomas.
CONSEJOS
Los especialistas afirman que prevenir es la clave, y cuando sabemos que es época de alergias bastan algunas pequeñas medidas para evitar los temidos efectos de la primavera:
- Cerrar las ventanas de la casa tanto de día como de noche, y usar aire acondicionado con filtros de partículas. Por la misma razón también se han de cerrar las ventanillas del coche cuando se viaje.
- No montar en bicicleta ni en moto.
- Permanecer en casa los días de mayor concentración de pólenes y los días de viento.
- Alejarse de las actividades al aire libre de 5 a 10 de la mañana, que es cuando más polen se emite, y de 7 a 10 de la tarde, porque es cuando éste desciende al enfriarse la atmósfera.
- Usar gafas de sol
- Usar una mascarilla de tela o papel que filtre el aire que respire, si es necesario.
- Aprovechar estos días para coger vacaciones, es muy
recomendable la costa - No cortar el césped, ni acercarse a él recién cortado, ya que remueve el polen
- Secar la ropa en secadoras o tendederos dentro de casa.
- Usar pulverizadores de agua en el dormitorio antes de dormir
- Acudir periódicamente a un spa o balneario, el ambiente cálido y húmedo mejora el asma.
Un estudio ha revelado que la ingesta de ácidos grasos Omega3 mejora el estado de los pacientes con alergia, además de reducir el gasto farmacéutico de tales enfermos. Estos ácidos se encuentran en pescados azules, en lácteos modificados y en algunas legumbres, frutas y verduras.