Con respecto a la alimentación, habremos escuchado fácilmente miles de versiones sobre qué es lo más sano, qué nos perjudica, qué deberíamos comer cada día, qué nos acabará matando… Sin embargo, si no eres un experto en nutrición, es muy complejo saber qué tipo de alimentos son los mejores y cuáles son los peores, ya que existen muchísimas versiones diferentes sobre este tipo de polémicas. Una de las cosas que seguramente has escuchado con más asiduidad es que los alimentos en conserva no son nada sanos. Existen muchas teorías con respecto a si comer comida enlatada es perjudicial o no, y lo cierto es que nuestro cuerpo necesita consumir productos frescos, pero eso no hace que las conservas sean el demonio.
De hecho, son mucho mejores de lo que creemos. O, si no mejores, desde luego mucho menos peores. Se comenta desde hace tiempo que las conservas son muy malas para la salud porque los alimentos que se someten a este proceso incluyen elementos que son perjudiciales para nuestra salud, a la par que pierde nutrientes que necesitamos. Esto no es mentira, pero es mucho menos exagerado de lo que se nos plantea en un primer momento. Nunca es recomendable basar nuestra alimentación en un solo tipo de comida, ya sean verduras, carne, legumbres o conservas, pero si eres una persona que por un motivo u otro ha de consumir mucha comida envasada por cuestiones de tiempo, voy a ayudarte a respirar tranquilo: no te estás matando.
La clave para una dieta equilibrada es, precisamente, mantener una dieta equilibrada. Eso quiere decir que es importante comer de todo, por lo que, aunque las conservas no sean tan insanas, no es recomendable alimentarnos exclusivamente a base de ellas. Ahora bien, es necesario centrarnos en qué tipo de conservas estamos consumiendo, puesto que sí hay algunas que pueden ser perjudiciales para nuestra salud a largo plazo a raíz de sus aditivos, pero hay otras conservas de mejor calidad, como las de Arroyabe, cuyo sistema de conservación no añade tantos elementos dañinos como otras compañías.
Si tienes curiosidad por saber cómo afecta realmente una alimentación en la que predominan las conservas, voy a explicarte cuáles son los beneficios, y cuáles son los inconvenientes, de este tipo de comida.
Pros y contras de las conservas
La ventaja evidente de la alimentación en conserva es que puede durarte mucho tiempo. No sería la primera vez que vemos en la televisión a alguien preparado para el fin del mundo, con un garaje lleno de conservas para asegurarse de que sobrevive al cataclismo. Lo cierto es que su durabilidad es muy importante, ya que puede salvarnos de más de un apuro si siempre contamos con una lata de conservas en la despensa. Como he comentado anteriormente, lo cierto es que el proceso al que se someten las conservas implica una pérdida de nutrientes, pero es mucho menor de lo que pensamos. Eso quiere decir que, si bien comer productos frescos siempre es una opción más sana, comer un producto en conserva no te está quitando todos los nutrientes. Lo cierto es que se trata de una alimentación legítima, ya que genuinamente te aporta todo lo que necesitas, aunque en menor cantidad en comparación con un producto no enlatado.
Al conservar un alimento, a este se le añade sal, azúcar y una serie de conservantes que no son recomendables consumir de manera diaria o muy a menudo. No son elementos perjudiciales en sí, por lo que no te estás poniendo el riesgo al ingerir conservas, pero tienes que tener cuidado porque, precisamente para poder conservarlos, este tipo de productos cuentan con una serie de sustancias que pueden ser perjudiciales si se consumen en exceso.
Ahora bien, el principal problema de las conservas no es tanto el proceso de conservación como el envase en el que se venden. Las conservas pueden venderse tanto en latas como en botes de cristal, y es muy importante conocer la diferencia. Si tienes frente a ti el mismo producto, pero uno está envasado en lata y el otro en cristal, el bote de cristal es mucho más saludable, aunque parezca una tontería. El metal o el plástico de la lata sí proporciona una pérdida de nutrientes progresiva conforme está el producto enlatado, pero los botes de cristal lo mantienen de manera impecable y no afectan en absoluto a las propiedades del alimento.
Como ves, consumir conservas no pone en riesgo tu salud si las consumes con cabeza. Tienes que fijarte bien en los ingredientes, en pequeños detalles como si un producto está conservado en aceite de oliva o si contiene aceite de oliva, ya que la publicidad tiende a engañarnos con este tipo de nimiedades, pero lo cierto es que, si te encuentras con la segunda opción, probablemente estás consumiendo otros tipos de aceite que pueden ser perjudiciales.
Asegúrate siempre de saber lo que estás comiendo y no tendrás ningún problema.