Si estás pensando en ser un buen entrenador de fútbol, seguro que te interesara conocer cuáles son las cualidades más valoradas. Si las conoces, las podrás poner en práctica y en consecuencia tendrás muchas más oportunidades de poder tener éxito en tu proyecto de entrenador.
Ganarse el respeto de los jugadores
Para poder ser un buen entrenador es muy importante comunicarse bien y tener personalidad para hacerse respetar entre los jugadores. Además tienes que ser una persona que debe saber corregir a sus jugadores cuando corresponde. Con esto quiero decir que no tendrás que mostrar los fallos de tus jugadores en público, sino que lo tendrás que hacer en privado para que nadie se entere y sobre todo para no dejar mal a ese jugador delante del público.
Confianza
Por muy buen entrenador que seas, si no eres capaz de ganarte la confianza de los jugadores, puedes estar seguro de que no harás que el equipo gane. Es decir, no estarás realizando bien tu trabajo. Por este motivo, es realmente importante hacer una buena gestión del equipo y crear un buen ambiente para que los jugadores puedan sentir confianza contigo. Si consigues que confíen en ti, te será mucho más fácil dirigir al equipo de fútbol.
Conoce a fondo el deporte
Es muy importante que tengas buenos conocimientos del futbol para saber qué hacer en cada caso y en consecuencia poder entrenar de manera adecuada a tus jugadores. Para conseguirlo, no solo tienes que estudiar bien el temario futbolístico, sino que también es importante estudiar a los rivales para tomar la mejor decisión. A la hora de estudiar a los equipos rivales, puedes estudiarlos viendo partidos en directo de dichos equipos o viendo fútbol online que seguro que te dará ideas para derrotar al rival.
Aprende a ser un entrenador honrado
No cometas el error de no ser honrado. Se ha demostrado que los entrenadores que destacan por ser honrados consiguen sus objetivos de una manera mucho más sencilla y rápida.
Aprende a escuchar
No te cierres en ti mismo. Por mucho que pienses que sabes de futbol, siempre hay cosas nuevas que podrás aprender. Y para aprenderlas, tienes que escuchar a los demás.
Por supuesto, si quieres que el equipo funcione correctamente, es de vital importancia aprender a escuchar a los jugadores. Estos te podrán transmitir sus inquietudes, dudas, problemas… las podrás estudiar y poner solución. Recuerda, cualquier información te podrá ser muy útil a la hora de dirigir el equipo. Es decir, es de vital importancia aprender a escuchar.
Ponte metas realistas
Si eres capaz de ponerte metas realistas, te será mucho más fácil superarlas y en consecuencia tendrás muchas más opciones de llegar a ser un gran entrenador de fútbol. Es importante que pongas metas realistas a corto, medio y largo plazo. Siempre deben ser realistas y con esfuerzo y tiempo las irás superando. No sueñes con ser entrenador de un equipo de primera división sin antes haber entrenado a otros equipos de categorías inferiores. Siempre hay que empezar desde abajo e ir escalando puestos.
Aprende a ser coherente
Si realmente quieres que tus jugadores te respeten y en consecuencia quieres que el equipo lleve un buen ritmo, es vital que aprendas a ser coherente. Es importante que te muestres como una persona seria cuando lo tienes que ser y divertida fuera del campo de fútbol. Quiero que sepas que los mensajes que tengas que transmitir siempre los tienes que transmitir de manera clara para que todos los jugadores los puedan entender y así puedan realizar tus órdenes. Y por supuesto, tienes que ser consecuente de tus palabras.
Aprende a motivar al equipo
Y para que los jugadores estén felices y con ganas de jugar contra sus rivales, siempre tienes que usar las palabras adecuadas para motivarlos. Como buen entrenador, conocerás los objetivos del equipo y de los jugadores, por lo que no te debería resultar muy complicado motivar a tus jugadores para tener éxito. No olvides que no siempre se puede ganar, por lo que la motivación en tiempos complicados debe ser usada de manera adecuada. Y para conseguirlo, siempre tienes que usar la cabeza y no los sentimientos.