En esta primera parte del artículo trataremos la influencia que tiene el asma en la salud y en el deporte y conoceremos si su práctica es compatible y cómo se puede realizar. En la parte II conoceremos los diferentes tratamientos médicos que existen para hacer posible una mayor adaptación de esta enfermedad al deporte.
DEFINICION
El asma es una enfermedad respiratoria crónica, que deriva su nombre del griego asthma (respiración difícil). Se caracteriza por episodios, de variada intensidad, duración y frecuencia, en los cuales la persona afectada presenta dificultad para respirar, acompañada de sonidos de alto tono, similares a un silbido (sibilancias). Estos episodios, o ataques, son desencadenados por una reacción alérgica de las vías respiratorias que hace que diversos agentes produzcan una inflamación en los bronquios, dificultando el paso de aire al pulmón.
No sólo la inflamación obstruye el paso del aire. El músculo que recubre los bronquios se contrae y contribuye también a estrechar su luz.
Además las células secretoras, presentes en todo el aparato respiratorio, comienzan a producir mayor cantidad de moco. En consecuencia, éste puede formar tapones que dificultan aún más la respiración.
Los médicos recomiendan el ejercicio como parte del plan de tratamiento. Si tienes dudas sobre si se debe combinar el deporte y el asma, piense en todos los atletas profesionales y olímpicos que tienen asma. En 1996, casi el 17% de los atletas olímpicos de EE. UU. Tenía asma y el 30% de ellos ganaron medallas.
Hay dos cosas importantes que debes saber sobre la participación deportiva:
- El asma debe estar bajo control.
- Cuando el asma está bien controlado, puedes y debes realizar actividades y practicar deporte como cualquier otra persona.
Por supuesto, algunos deportes plantean menos problemas que otros. Es poco probable que nadar, ir en bicicleta y caminar provoquen una crisis asmática; al contrario que los deportes que requieren breves arranques de actividad, como el béisbol, el fútbol americano, la gimnasia, el esquí de descenso y el atletismo de distancias cortas.
Los deportes de resistencia, como las carreras y el ciclismo de fondo, y deportes como el fútbol y el baloncesto, que requieren un rendimiento energético continuado, pueden suponer un mayor reto; sobre todo si se practican deportes en un ambiente frío, como el esquí de fondo y el Hockey sobre hielo. Pero eso no significa que no pueda participar en estos deportes si realmente le gustan. De hecho, muchos atletas asmáticos tienen comprobado que, con un entrenamiento y una medicación adecuados, pueden participar en cualquier deporte que elijan.
Para mantener el asma bajo control, es importante que tomes los medicamentos según la prescripción médica. Saltarse la medicación de control puede empeorar los síntomas, y olvidarse de tomar la medicación antes de hacer ejercicio puede dar lugar a graves crisis asmáticas requiriendo aveces una vista a la sala de emergencia.Debes llevar la medicación de rescate, hasta en los entrenamientos, en caso de que surja una crisis asmática.
También conviene tener en cuenta los desencadenantes. Dependiendo de cuáles sean sus desencadenantes, quizás deba:
- Saltarse los entrenamientos al aire libre cuando los recuentos de polen o moho son altos;
- Llevar una bufanda o máscara de esquí cuando entrene fuera durante el invierno;
- Asegurarse de tener siempre tiempo para realizar ejercicios de calentamiento y relajación.
Estas recomendaciones deben estar incluidas en el plan de acción contra el asma que elabores con el médico.
También debes asegurarte de que el entrenador sepa que tienes asma y conoce su plan de acción. Para un niño pequeño, quizás se deba proporcionar una copia del mismo al entrenador. Una persona mayor debe llevar una copia consigo, así como cualquier medicina que pueda necesitar para tratar una posible crisis.
Lo más importante es que tu y el entrenador sepais cuándo es necesario que su tomes un descanso durante el entrenamiento o el partido, para así controlar las crisis antes de que se conviertan en situaciones críticas.